27 abr 2012

El juego es necesario para su desarrollo.-

   Para los niños/as no hay distinción entre jugar  y aprender. Al jugar, desarrollan las habilidades para moverse, recordar y aprender a relacionarse con otros.
Cuando aprenden a jugar, prueban diferentes técnicas para averiguar cuál les resulta mejor. Cuando no pueden lograr lo que les interesa, se frustran.
El juego es el modo más significativo a través del cual los niños y niñas aprenden las tareas más importantes a esta edad, tales como jugar con otros niños/as, interactuar con otros adultos y reconocerse así mismos como seres sociales.
El juego imaginativo ocupa un papel central en el desarrollo del lenguaje y los abre al mundo de la fantasía y del juego pretendido; como por ejemplo, tratar una muñeca como a una guagua. De esta manera las ideas, el comportamiento y las relaciones pueden ser explorados y jugados simbólicamente.
A través del juego también se imita el mundo que los rodea y se desarrolla el pensamiento abstracto. Es muy bueno entregarle al niño/a elementos que le permitan simular sus imaginaciones y jugar a tener roles (por ejemplo, jugar a la oficina). 

Asimismo, es importante motivar a los niños/as para que jueguen con otros niños/as de su misma edad.
Un niño/a pequeño/a (menor de 2 años) va a jugar en paralelo con su par, aparentemente sin siquiera mirarse; pero es a partir de los 2 años cuando comienza a disfrutar jugando con el otro y aprendiendo de él.
Es probable que el juego termine en una pelea o problema (especialmente de parte de quién es el dueño del juguete) y/o que el niño /a niña demore un poco en aprender a compartir, pero es justamente a través de esta experiencia de juego conjunto que le podemos enseñar a compartir.


Rebeldía ¿Qué hacer?



Esta es una etapa en la cual el niño o niña va probando sus límites y los de los demás.


“No le hace caso a nadie” o “A todo responde ¡NO!”

Por supuesto que los niños/as nunca son totalmente desobedientes, pero sí es cierto que hay períodos en que parecen estar más rebeldes con las normas o con las indicaciones de alguno de sus cuidadores.
No es raro que haya etapas en que alguien cercano se queje por ejemplo de que“¡A la única que le hace caso es a la mamá!”.
Alrededor de los tres años, los niños se fascinan con el efecto que tienen sus ¡no! Y por eso ocupan esta palabra sin estar realmente respondiendo a lo que se les pide o pregunta.
Un ejemplo común de esta situación podría ser el siguiente diálogo:
Marianita, ven a ponerte pijama.
¡No!
Marianita, ven.
¡No quiero!
Seguramente no es que ella no tenga sueño, sino que disfruta manifestando su autonomía, voluntad y control de la situación.
Es importante lograr un clima afectivo y alegre en el hogar, de modo que seestimule la cooperación entre los integrantes de la familia en vez de la restricción o la oposición.
Los niños/as deben sentirse reconocidos y escuchados pero también es importante que desde pequeños aprendan a escuchar y comprender que muchas cosas no son porque sí, sino que tienen su razón de ser.
Es fundamental que los adultos seamos claros con ellos y que cuando les digamos que sí que no a algo, siempre acompañemos nuestra respuesta con una breve explicación de nuestras razones.



“Las pataletas”

Estamos frente a un niño/a que ha descubierto los efectos que tiene suoposición en los demás. A esta edad, suelen tener poca capacidad para aceptar frustraciones o respuestas negativas a sus peticiones, entonces hacen pataletas para llamar la atención de los adultos y lograr con ellos su objetivo.
Esto le ha ocurrido probablemente al niño que hemos visto con pataleta en el suelo del almacén porque la madre no le ha comprado un dulce. Sucede que la madre se desespera, no encuentra cómo tranquilizar a su hijo. Entonces cede y le compra la golosina. La pataleta se acaba, pero el problema es que este hijo va aprendiendo que con pataletas puede lograr lo que quiere, entonces aumenta la probabilidad de que las repita cada vez que considere que no se hace lo que él quiere.
Al llegar a los 4 años la intensidad de las rabietas comienza a disminuir poco a poco y el niño/a aprende a expresar de mejor manera lo que necesita y piensa.
Es importante enseñar a los niños/as desde pequeños que con las pataletas no se consigue nada y que no se puede hacer o tener todo lo que se desea.
Algo recomendable es tratar de no prestarles atención mientras están alterados, pero luego sí reconocerlos positivamente cuando se han calmado y proceder a conversar sobre lo sucedido.



“No quiere comer”

Sucede que a partir de los tres años, hay niños/as que presentan muchas dificultades a la hora de comer, lo que puede resultar muy frustrante yagotador para el adulto que intenta alimentarlo.
Oscar, cómete la comida, que está rica y te hace bien.
Mm mm (Oscar dice “no” con la boca muy cerrada y juega con la cuchara).
Con esta actitud, Oscar está llamando la atención de su papá que le quiere dar la comida, pero con una conducta que es negativa para su bienestar nutricional y relacional.
El pequeño no sólo está alimentándose mal, sino que puede generar sentimientos de rabia, pena o frustración por parte de su papá.
Son variadas las causas que hay detrás de negarse a comer; algunas de ellas pueden ser:
La voluntad de ejercer control de sí mismo y el entorno. El niño está usando su autonomía recién descubierta.
Podría ser que el niño/a se sintiera falto de afecto y estuviera buscando llamar la atención con conductas desadaptativas. En este caso es importante mejorar la relación y las demostraciones de afecto entre ambos. También se sugiere ignorar la conducta inadecuada de no querer comer para que el niño aprenda que esa no es una buena forma de atraer al papá, en este caso.
Falta de hábitos alimenticios adecuados. Las comidas deben tener un horario relativamente estable (el niño/a no tendrá hambre si come regularmente a deshora), espacio adecuado (si es frente al televisor, puede desconcentrarlo de la comida), etc.
También es importante darle importancia pero no sobre-estimular esta actividad con muchos bailes, juegos y cantos que finalmente terminan distrayendo al niño/a.
Es importante que el niño/a comprenda que no puede controlar esta situación. En caso de que las dificultades persistieran, se debe consultar a un profesional.



¿Cómo prevenir y manejar las rabietas?

Cuando le pidas a un niño/a que haga algo, utiliza un tono amistoso y solicítalo como una invitación, más que como una orden. También ayuda decir “por favor” “gracias”.
No sobre-reacciones cuando él/ella diga que “no”. Durante algún tiempo, ésta puede ser su respuesta automática a cualquier petición u orden y más que negarse a tu petición, es probable que esté jugando y probándose a sí mismo.
No recurras nunca al castigo corporal. Los golpes nunca son una buena estrategia para enseñar a los niños/as, ya que aprenderán a tener respuestas violentas si perciben que los adultos las utilizan.
Evita las situaciones que han iniciado una confrontación en el pasado.Recompensa el buen comportamiento con afecto.

25 abr 2012

Cada vez más autónomos.


A partir de los 2 años el niño/a va adquiriendo  gradual y progresivamente la capacidad de valerse por sí mismo. 
Van adquiriendo nuevas habilidades, como: jugar con amigos, aprender a vestirse, ayudar a bañarsemanejar los cubiertos, comienza a dibujardialogar y  hasta puede andar en triciclo.
En este proceso de adquisición de mayor autonomía se requiere apoyo, estímulo y comprensión por parte de los adultos.
La mayor confianza que el/ella experimenta respecto a sus propias habilidades también lo/a pueden llevar a conductas más “complicadas” en términos, por ejemplo, de su seguridad personal o de su relación con los demás.
El niño/niña prueba constantemente su autonomía y con ello descubre el control que también puede tener con su entorno. Por este motivo, necesita de la comprensión y apoyo de sus padres.